Masculinismo
Si el machismo defiende al macho, el “masculinismo” defiende lo masculino como referencia identitaria de los hombres, es decir, defiende al machismo,
que es lo que define y ha definido históricamente la identidad de los
hombres bajo la referencia de la cultura patriarcal que ellos crearon,
para que “lo masculino” fuera el modelo universal de toda la sociedad y
“lo femenino” quedara reducido a los ámbitos de lo doméstico y
supeditado a lo de los hombres.
Pero el machismo es mutante en sus formas para
adaptarse a cada momento histórico sin renunciar a sus posiciones de
poder y privilegios, de ahí su estrategia de “cambiar para seguir igual” que le ha permitido adaptarse sin transformarse, y luego hacer creer con su influencia que los cambios adaptativos en verdad eran transformadores de su identidad. La estrategia actual del machismo es el posmachismo,
ese intento de revestir de neutralidad sus exigencias y planteamientos
para generar la confusión necesaria que lleve a la duda, a la pasividad y
a que todo siga igual. Y el posmachismo sabe que la batalla del lenguaje es clave para afianzar posiciones y definir realidades,
por eso su interés desde el principio de contrarrestar el feminismo
diciendo que era lo mismo que el machismo.
Cuando fracasaron en esa
burda comparación inventaron la palabra “hembrismo”
para que la etimología no fuera obstáculo en la crítica de las
propuestas a favor de la Igualdad que se hacían desde el feminismo, y al
mismo tiempo la acompañaron de palabras como “feminazi” y “mangina”
para que la crítica no se quedara en las ideas y llegara a las personas
que las proponían. Pero como han comprobado que el discurso “machismo”
versus “hembrismo” se presenta como conflictivo y cargado de agresividad
y violencia por su parte, algo que refleja su machismo latente, han
dado un paso más en busca del camuflaje de la neutralidad a través del
lenguaje y ahora hablan de “masculinismo”, el cual aparece con “Ph neutro” y comparable en sentido al concepto de “feminismo”
Machismo, violencia y matrimonio
Nadie
Trump, el hombre
El triunfo de Donald Trump en las elecciones americanas es algo más que la victoria del candidato del Partido Republicano, significa la ratificación y consolidación pública del machismo como instrumento político y simbólico para seguir condicionando la realidad, y para remodelarla sobre el retroceso, no sobre el progreso hacia la Igualdad.A Trump lo han elegido para que “deshaga”, no para que haga.
El machismo es la esencia del poder, es la construcción de las relaciones sobre la condición y el status de determinadas personas configurado cuando la única referencia válida era ser hombre o mujer. A partir de esa primera desigualdad se fueron añadiendo elementos de desigualdad y discriminación basados en el criterio de quienes tenían el poder para hacerlo en cada contexto, que eran los hombres.
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